Habitación compartida entre hermanos

Al mismo tiempo que la sociedad en su conjunto cambia, también lo hacen las familias de manera individual. Cuando las familias numerosas solían ser la norma, se esperaba que los niños compartieran un dormitorio. Ahora que las familias tienen menos hijos, este ya no es el caso. Dicho esto, las circunstancias a veces hacen que los niños tengan que compartir habitación.

En lugar de ver esto como un inconveniente, los padres deben adoptar una actitud positiva y ver esto como una oportunidad pedagógica. Los niños son muy perceptivos, y tu actitud se les pegará. ¡Hay que mantenerse positivos!

En este artículo compartiremos algunos trucos prácticos para ayudar a que la experiencia de compartir habitación sea positiva para tus hijos.

¿Bueno desde una perspectiva pedagógica o un error?

Primero, consideremos las ventajas que la mayoría estará de acuerdo en que pueden tener un efecto positivo en los niños. Los niños que comparten dormitorio aprenden desde una temprana edad que deben tener en cuenta a los demás y que deben estar dispuestos a comprometerse para mantener las cosas en un lugar estable. Estos niños aprenden que el espacio y los juguetes deben ser compartidos; aprenden estrategias de comunicación fluidas y efectivas desde muy pequeños.

Otro aspecto positivo de una habitación compartida es una disminución de los temores y ansiedades típicos de la infancia, como el miedo a la oscuridad. La oscuridad no es tan aterradora para un niño que está en la misma habitación que su hermano o hermana mayor. Por lo tanto, la probabilidad de despertarte con tu hijo en la cama es mucho menor.

Además, el vínculo que surge entre los niños que pasan años compartiendo secretos, tramando travesuras y confesando sus temores también es mucho más fuerte de lo que hubiera sido, de lo contrario, probablemente de por vida.

¿Cuándo no es tan buena idea la habitación compartida?

Una diferencia de edad significativa y las diferencias correspondientes en las etapas de desarrollo de los niños pueden ser un factor negativo. Cada etapa en el desarrollo de un infante o niño pequeño es importante y se debe permitir que se complete a la velocidad apropiada para cada niño.

Esto podría no ser posible en presencia de un hermano mucho mayor, si el niño más pequeño siente una presión subconsciente para crecer más rápido de lo que es saludable. Si los niños se llevan bien entre ellos, es probable que compartan un dormitorio hasta los 14 años.

Sin embargo, esto ya no es posible una vez que el primer niño llega a la pubertad. En este punto, las amistades individuales de los niños se vuelven más importantes, su pasión por un deporte u otro pasatiempo puede ser más intensa y pueden unirse a un grupo o subcultura en particular que el niño más pequeño no puede entender o identificar. Además de eso, el hijo mayor también tiene que lidiar con los cambios físicos esperados. Pueden sentirse avergonzados cuando no lo han hecho antes y querrán pasar más tiempo solos en su habitación. Una vez que comienzan a descubrir su propia sexualidad, se hace necesario que cada niño tenga su propio dormitorio. Como tal, hay algunas señales de advertencia que indican que es hora de que cinco niños de su propio dormitorio:

  • Lucha constante y conflicto.
  • Problemas de conducta
  • El inicio de la pubertad.

Consejos para el éxito

Mientras compartan habitación, cada niño debe tener su propio espacio. Una vez que los deberes se conviertan en un problema, es importante que cada niño tenga su propio escritorio y espacio de trabajo.

Si no hay sitio dentro, puede ubicarse fuera de la habitación. Dicho esto, evita una barrera física para dividir el dormitorio, de modo que se pueda usar el espacio completo del dormitorio si los niños quieren jugar juntos. Un divisor flexible, como una cortina o una pantalla sería ideal. Si no es posible separar físicamente los dos lados de la habitación, puede usar colores para dividir visualmente el dormitorio.

Los juguetes son habitualmente una fuente frecuente de conflicto. A cada niño se le debe permitir poseer sus propias cosas y se le debe permitir mantenerlo separado de lo de sus hermanos. Las visitas de amigos o compañeros de clase son otro tema importante. Mientras un amigo está en casa, el niño querrá jugar solo en su habitación. Para evitar peleas, es una buena idea tener reglas claramente definidas para tales visitas. También es importante asegurarse de que los hermanos tengan otras cosas que hacer durante la visita. Pueden jugar a su juego favorito, hornear galletas contigo en la cocina o ver una película. De esa manera, podrán seguir compartiendo habitación y al mismo tiempo disfrutar con sus amigos sin peleas ni celos.