Las Navidades son una vivencia muy especial para los niños. Las luces de colores se reflejan en sus ojos creando recuerdos imborrables. Las primeras Navidades con el bebé son muy especiales para todos los padres. ¿Cómo podemos hacer que estas sean también una experiencia inolvidable para el bebé?

Esta época festiva se caracteriza por sus aromas, sus imágenes… El olor a canela, pino, e incienso son placeres completamente nuevos para el bebé. Lucecitas de colores brillan por todas partes, la luz de las velas. Además, es una época de experiencias y muchas caras nuevas, ya que siempre recibimos la visita de familiares. ¿Cómo puede un niño pequeño gestionar tantos nuevos estímulos?

 

Las necesidades sensoriales de un niño

Está claro que los niños necesitan enfrentarse constantemente a nuevos retos que supongan una estimulación sensorial para sus cerebros, para así poder avanzar y aprender. Sin embargo, puede que en alguna ocasión sean demasiados estímulos en poco tiempo y que esto dé lugar a una sobrecarga de información sensorial. Es nuestra responsabilidad como padres encontrar el equilibrio. Si los estímulos son demasiado abundantes, puede que el pequeño se muestre enrabietado o llorón -por eso los padres notan rápidamente cuando su niño está sobre estimulado.

 

Paseos navideños

La época de Adviento y Navidad puede ser estresante para los padres también. Además del cansancio que supone el cuidado de un bebé, esta es la época del año en la que hay menos luz. Disfruta de cada rayo de luz. Si aún no has creado el hábito de caminar o pasear a diario, este es un buen momento para hacerlo. Por ejemplo, puede ser divertido ir a ver los mercados de Navidad con el bebé en el carrito, lo que también aportará al peque muchas experiencias nuevas que satisfagan su curiosidad.

Pasear durante las Navidades con el bebé no solo es una experiencia memorable, sino que la luz del día también es muy importante para los niños. Es esencial para garantizar una buena calidad del sueño y en la época navideña la luz del día es un recurso escaso en comparación con la época veraniega. Si abrigamos bien al bebé en productos de lana suave y cálida, como un saquito de dormir bien calentito, no pasará frío durante el paseo a pesar de las bajas temperaturas. Además, el aire fresco también ayuda a los niños más hiperactivos dormir mejor a la noche.

 

Tradiciones y costumbres

Dependiendo de sus creencias, cada uno es libre de elegir si asiste a la misa de Navidad con el bebé o no. Pero para aquellos que siguen esta tradición es bueno saber que los sonidos y olores durante la misa pueden traerle recuerdos del Bautismo y, si estuvo incómodo durante esta ceremonia, puede que sea mejor no asistir, aunque nadie lo tomará en cuenta si el pequeño está inquieto y llora.

 

Visitando a los parientes

Muchas jóvenes familias pasan las fechas más señaladas de la Navidad en casa de los abuelos. Puede que el entorno nuevo le resulte atractivo al bebé. Sin embargo, el hecho de que cada miembro de la familia cercana y no tan cercana quiera tomar al bebé en brazos durante la fiesta de Navidad puede que le cause estrés al pequeño, mientras que otros parecen sonreír a cada nueva persona que ven. Depende de cada niño. Los padres somos quienes mejores los conocemos, por eso debemos estar atentos a las señales del peque. Si ves que empieza a agobiarse, llévatelo a tomar un descanso. Lo mejor es una siestecita o llevarlo aparte y calmarlo y hacer que se sienta seguro contándole una historia o cantándole una canción. Lo mejor es introducir un elemento que ya es conocido para el bebé, ya que esto le hará sentirse seguro, como su peluche o arrullo habitual.

¿Van a ser estás vuestras primeras navidades con vuestro bebé? ¿Cómo os enfrentais a todos estos momentos que pueden resultar estresantes para el pequeño? ¿Cuál es vuestro recuerdo más bonito?