Dormir bien protege contra el dolor


Es ley de vida que determinados dolores están vinculados a la edad y son difíciles de evitar. Pero también es cierto y, la experiencia así lo demuestra, que determinados dolores, estados de ánimo, nerviosismo o incluso el stress están íntimamente relacionados con el sueño y el descanso. Las relaciones exactas aún no están totalmente exploradas. Se supone, sin embargo, que se trata de un círculo vicioso: la falta de sueño conduce al dolor, y éste a su vez, conduce al insomnio.

Dormir bien es reconfortante y ayuda a prevenir contra el dolor, ya que reduce el límite de tolerancia ante la sensación de dolor. Investigadores de la Universidad de Keele en el Reino Unido, han investigado en personas de más de 50 años ciertos estados de malestar por causas desconocidas. El estudio pretendía conocer qué es lo que contribuye a la aparición de dolor. El estudio concluyó que la falta de sueño era uno de los principales causantes del dolor. Otros factores que influyen son la ansiedad, la mala salud, junto a la mala calidad de vida. La falta de sueño puede aumentar el riesgo para la fibromialgia y la artritis. También hay casos en los que la falta de sueño puede contribuir a que el dolor se convierta en crónico.

 

Un buen sueño protege contra la falta de rendimiento y contra el dolor

Un buen sueño reparador es importante para el alivio del dolor. La Universidad de Harvard ha establecido la relación existente entre la calidad del sueño y el dolor en enfermeras. El estudio también concluyó que la relación entre el dolor y el sueño es muy fuerte y medible científicamente. Está demostrado que el dormir bien y el tiempo suficiente, contribuye a un mayor rendimiento en el trabajo diario, así como a aliviar el dolor. Un reposo reparador ofrece confort y una sensación corporal agradable.

Por el contrario, una mala noche de sueño aumenta la intensidad del dolor. Todos queremos tener un sueño reparador acorde con la edad que nos proporcione calidad de vida. Esto sólo se consigue con una dieta alimenticia equilibrada y hábitos de vida saludable: elegir una hora fija de inicio para el descanso, ejercicio físico moderado, una temperatura adecuada en el dormitorio y por supuesto, elegir el colchón adecuado, el edredón más saludable y confortable, así como la almohada adecuada. Estos factores nos facilitarán una mayor salud y por consiguiente una mayor y más larga vida de calidad.